sábado, 27 de septiembre de 2025

Entrevista con Elizabeth López Ríos (Festival de cine migrante, Hannover)


Una de las cosas que  más  me sorprende en esta vida migrante es el poder conocer a personas con toda la disposición de compartir sus ideas y conocimientos, tejiendo una red de arte,cultura en la comunidad latina en Alemania. Aquí  tengo el gusto de presentar a Elizabeth, quien desde el año 2024 organiza el Festival de cine Colombiano y migrante en Hannover, Alemania. 

Su éxito la ha llevado a  repetir el festival este año, en esta entrevista nos habla de como nace la idea, sus  proyectos a futuro y de como ver la integración cultural de las personas migrantes.

Una excelente e interesante entrevista que aquí les comparto. 


Elizabeth López Ríos es fisioterapeuta, Colombiana y madre de Emmanuel, un niño talentoso que inspira muchos de sus caminos. 

Desde hace 4 años hace parte activa y voluntaria del Nodo Alemania, donde junto a su compañera de trabajo Diomar ha realizado talleres para difundir el legado de la Comisión de la Verdad (CEV) y ha participado en diversas actividades orientadas a la construcción de paz y memoria. Radicada en Hannover, impulsa con amor proyectos culturales que fortalecen la identidad latinoamericana. Junto a su compañero de equipo Junior León, coordina el Festival Colombiano de Cine Migrante, un espacio de fraternidad y homenaje a Alan Garzón, símbolo del amor por la vida, la naturaleza y la justicia social.

¿Podrías contarnos un poco sobre ti y tu trayectoria hasta llegar a organizar este festival de cine?

●Soy ElizabethLópez, apasionada por la cultura y la memoria. Desde hace 4 años hago parte del Nodo Alemania, una red de la diáspora colombiana que trabaja por la construcción de paz y la difusión del legado de la Comisión de la Verdad. En ese camino nació la alianza con el festival, como un espacio para visibilizar nuestras historias desde el cine.



¿Qué te inspira en tu trabajo y en tus proyectos artísticos?


●Me inspira la fuerza de la comunidad migrante y la capacidad del arte para unir, sanar y recordarnos que compartimos una misma humanidad.



¿Cómo nació la idea de este festival de cine en Hannover?


●Nació del deseo de crear un espacio de memoria y encuentro, donde el cine colombiano y latinoamericano pudiera mostrar la riqueza y complejidad de nuestras historias.


¿Cuál fue tu motivación principal para crearlo?


●Mi mayor motivación fue rendir un homenaje a Alan Garzón, símbolo del amor por la vida, la naturaleza y la justicia social. Este festival es también un tributo a su legado.

En este propósito cuento con el apoyo de mi compañero de equipo Junior León, quien respondió con entusiasmo a la invitación de unirse al homenaje y hoy hace parte de la coordinación del evento.


¿Qué desafíos encontraste al iniciar el proyecto?


●Los retos fueron logísticos y financieros, pero también convencer de que había un público para estas historias. La respuesta de la comunidad confirmó que sí era necesario.



¿Cómo ves la recepción de actividades culturales como esta en Alemania?


●Muy positiva. Hay interés y apertura por conocer otras culturas, y el cine se convierte en un puente para acercar realidades.



¿Qué particularidades encuentras en Hannover para organizar un festival de cine?


●Hannover es diversa y tiene una comunidad migrante activa, además de una sociedad abierta a propuestas culturales distintas. Es un lugar fértil para este tipo de iniciativas.



¿Alguna experiencia especial o anécdota relacionada con el festival?


●Recuerdo personas del público profundamente conmovidas tras una proyección, diciéndonos: “esa historia también es la mía”. Ahí entendí que el festival no es solo cine, es memoria compartida.




¿Qué proyectos futuros tienes relacionados con cine o cultura?


●Seguir fortaleciendo el festival y abrir talleres audiovisuales para jóvenes migrantes, para que ellos mismos narren sus historias.



¿Tienes planes de expandir o repetir el festival en los próximos años?


●Sí. Sueño con que el festival crezca y podamos vivir una semana entera dedicada al cine latinoamericano. Un espacio donde cada país tenga su lugar, donde nuestras culturas se abracen y se fortalezcan a través del arte y la memoria. Que sea una celebración de identidad, diversidad y fraternidad.



¿Cómo ves la integración y participación de personas migrantes en actividades culturales en Alemania?


●Cada vez hay más apertura. La cultura nos permite encontrarnos desde lo humano y construir puentes de integración reales.



¿Qué importancia tiene el cine para visibilizar historias de migración y diversidad?


●El cine es una ventana poderosa: para los migrantes es reconocimiento, y para los demás, una invitación a la empatía.



¿Qué mensaje darías a quienes se interesen en participar en el festival?


●Les diría que este festival es una invitación a volver a mirarnos, a reconocernos. Es una semilla de reencuentro con nuestro territorio, con nuestras raíces y con nuestro ser latinoamericano.

Aquí la cultura se convierte en abrazo, el cine en memoria viva, y la música y el arte en un puente hacia nuestra hermandad.

Es un espacio para sentirnos en casa, para sanar nostalgias y para celebrar lo que somos: una comunidad diversa, fuerte y unida por el amor a la vida y a nuestra identidad compartida.



Si pudieras resumir en una palabra la esencia de este festival, ¿cuál sería?


●Fraternidad.

Could you tell us a bit about yourself and your journey leading up to organizing this film festival?
●I’m Elizabeth López, passionate about culture and memory. For the past four years, I’ve been part of Nodo Alemania, a network of the Colombian diaspora that works for peacebuilding and the dissemination of the legacy of the Truth Commission. Along that path, the alliance with the festival was born, as a space to make our stories visible through cinema.

What inspires you in your work and artistic projects?
●I’m inspired by the strength of the migrant community and the power of art to unite, heal, and remind us that we share a common humanity.

How did the idea for this film festival in Hanover come about?
●It was born from the desire to create a space for memory and encounter, where Colombian and Latin American cinema could showcase the richness and complexity of our stories.

What was your main motivation for creating it?
●My greatest motivation was to pay tribute to Alan Garzón, a symbol of love for life, nature, and social justice. This festival is also a homage to his legacy. In this endeavor, I have the support of my teammate Junior León, who enthusiastically responded to the invitation to join the tribute and today is part of the festival’s coordination team.

What challenges did you face at the beginning of the project?
●The challenges were logistical and financial, but also convincing others that there was an audience for these stories. The community’s response confirmed that it was indeed necessary.

How do you see the reception of cultural activities like this in Germany?
●Very positive. There is genuine interest and openness to learning about other cultures, and cinema becomes a bridge to bring realities closer together.

What particularities do you find in Hanover for organizing a film festival?
●Hanover is diverse and has an active migrant community, in addition to being a society open to different cultural initiatives. It’s a fertile place for this kind of project.

Any special experience or anecdote related to the festival?
●I remember people in the audience deeply moved after a screening, telling us: “That story is also mine.” At that moment, I understood that the festival is not just about cinema—it’s shared memory.

What future projects do you have related to film or culture?
●To continue strengthening the festival and to open audiovisual workshops for young migrants, so that they themselves can tell their stories.

Do you have plans to expand or repeat the festival in the coming years?
●Yes. I dream of the festival growing into a full week dedicated to Latin American cinema. A space where each country has its place, where our cultures embrace and are strengthened through art and memory. A true celebration of identity, diversity, and fraternity.

How do you see the integration and participation of migrants in cultural activities in Germany?
●There is more and more openness. Culture allows us to meet from a human perspective and to build real bridges of integration.

What importance does cinema have in making migration and diversity stories visible?
●Cinema is a powerful window: for migrants, it means recognition; for others, it is an invitation to empathy.

What message would you give to those interested in participating in the festival?
●I would say that this festival is an invitation to look at ourselves again, to recognize each other. It is a seed of reconnection with our territory, with our roots, and with our Latin American being. Here, culture becomes an embrace, cinema becomes living memory, and music and art become bridges toward our shared brotherhood. It is a space to feel at home, to heal nostalgia, and to celebrate who we are: a diverse community, strong and united by our love for life and our shared identity.

If you could summarize the essence of this festival in one word, what would it be?
●Fraternity.



Muchas gracias  Elizabeth, muchos éxitos .


viernes, 26 de septiembre de 2025

Batumi: un rincón entre el mar y las montañas

Batumi: un rincón entre el mar y las montañas

Llegar a Batumi es como abrir un libro lleno de contrastes: una ciudad que vibra al ritmo del mar, con calles modernas, plazas coloridas y, al mismo tiempo, rincones cargados de historia y tradición. Lo que más me sorprendió de esta ciudad georgiana fue la manera en que la vida cotidiana se mezcla con el arte, la gastronomía y la naturaleza, haciendo que cada día de viaje se sienta distinto.

Paseos imprescindibles

Uno de mis momentos favoritos fue caminar por el Boulevard del Mar Negro. Al caer la tarde, el aire húmedo trae el aroma del mar y las luces empiezan a encenderse entre esculturas y cafés. Es un lugar perfecto para sentarse, tomar un café turco y simplemente observar la vida pasar.

A pocos kilómetros del centro descubrí el Jardín Botánico de Batumi. Nunca pensé que un jardín pudiera parecer una selva tropical tan cerca del mar. Allí los caminos se pierden entre helechos, palmeras y flores de todos los colores. Desde lo alto, la vista del Mar Negro es un regalo que se queda grabado en la memoria.

La Torre del Alfabeto me recordó lo único que es Georgia: un país con un idioma y un alfabeto propio, cargado de identidad. Desde lo alto, la panorámica de la ciudad es espectacular.

En el centro, me encantó la Piazza Batumi, con su aire italiano y música en vivo que muchas veces se escucha desde las terrazas. Y muy cerca, la Plaza de Europa con la estatua de Medea sostiene en alto el Vellocino de Oro, recordando que esta tierra tiene raíces en la mitología griega.

Pero lo que más me emocionó fue la estatua de Ali y Nino. Dos figuras de metal que cada día se acercan lentamente hasta unirse y luego separarse otra vez, como un suspiro. Representan una historia de amor imposible entre un joven musulmán y una princesa cristiana. Quedé fascinada mirando cómo las esculturas se movían, casi como si estuvieran vivas, con el mar de fondo.










Sabores que se quedan en el corazón

Viajar a Batumi es también un viaje por los sabores de Adjara. El plato que nunca voy a olvidar es el khachapuri Acharuli: un pan con forma de barquito, relleno de queso derretido, mantequilla y un huevo en el centro. Romper el borde y mezclarlo todo es un ritual que me hizo sonreír desde el primer bocado.

Probé también los khinkali, esos dumplings enormes que hay que comer con cuidado para no perder el caldo que llevan dentro. Y claro, el pescado fresco del Mar Negro, que en Batumi preparan de maneras sencillas pero sabrosas.

Lo mejor es que comer en la ciudad es accesible: por unos pocos dólares puedes disfrutar de una comida abundante y auténtica.




Clima y ambiente

Batumi tiene un clima subtropical: el sol aparece, las nubes se cruzan y de pronto la lluvia te sorprende. Yo aprendí rápido a llevar siempre un paraguas o impermeable en la mochila. En verano, la ciudad está llena de energía, con playas animadas y vida nocturna. Pero creo que primavera y otoño tienen su encanto: hay menos turistas y se puede caminar sin apuro.

Consejos de viajero a viajero

Lleva zapatos cómodos: la ciudad se disfruta caminando.

No subestimes la lluvia: puede aparecer en cualquier momento.

Dedica un día a salir de la ciudad y conocer la región de Adjara: cascadas, montañas y pueblos donde el tiempo parece detenerse.

Y sobre todo: prueba todo lo que te ofrezcan de comer. En Georgia la hospitalidad se sirve en la mesa.



---

Un cierre frente al mar

Batumi me dejó la sensación de estar en un lugar único, donde Oriente y Occidente se dan la mano, donde el mar abraza a la ciudad y las montañas la observan desde cerca. Es un destino que invita a perderse entre sus calles, a probar sabores nuevos y a emocionarse frente a una estatua que cuenta una historia de amor eterno.

Si alguna vez viajas a Georgia, guarda un lugar en tu itinerario para Batumi. Estoy segura de que, como me pasó a mí, también te robará un pedacito de corazón.











¡Buen viaje! 


Regreso triunfal (o casi) de una bloggera reincidente


Queridos lectores invisibles (porque después de tantos años de pausa, sospecho que deben estar en modo fantasma): ¡he vuelto! Sí, logré lo que parecía imposible, casi tan complicado como aprender alemán en dos semanas o encontrar el par de medias que siempre se esconde: recuperar la contraseña de mi blog.


Durante este tiempo de silencio digital me dediqué a cosas menores: sobreviví a dos años de encierro, aprendí un idioma nuevo (todavía no sé si el idioma me entiende a mí), viajé, adopté a una gata que ahora gobierna mi casa con mano de hierro y zarpas de terciopelo, escribí un libro, y hasta me animé con poemas —porque siempre es buen momento para rimas existenciales cuando una taza de café está de por medio.


Conocí lugares, festivales, casas ajenas con sillones sospechosos, personas muy interesantes y… otras no tanto (pero también cuentan, porque sirven de material literario). Y si algo me llevo de este paréntesis gigante, es que tuve el privilegio de conocer a mujeres increíbles: maestras de vida, brújulas humanas, artistas del cotidiano. De ellas aprendí tanto que ahora quiero abrir este blog para contar sus historias, hacer entrevistas y que sus voces resuenen aquí como si fueran canciones de sobremesa.










































Sé que por la pausa kilométrica perdí parte de mi comunidad, pero también sé que los buenos reencuentros tienen su encanto. Así que este es mi brindis digital: por volver a escribir, por ustedes que leen, y por las historias que están por venir.


Poco a poco, iremos llenando otra vez este rincón con viajes, turismo, anécdotas y risas. Porque un blog —como la vida— siempre se puede retomar, incluso después de que la contraseña se esconda en un agujero negro intergaláctico.

Y así va pasando la vida en un despertar y en un presente intenso y en un mañana listo para viajes y mundo.